Plano de sustentación

Volando
Volando

Si un avión se mantiene en el aire y no se hostia es por pura aplicación de una ley física. «El ala tiene una forma de sección especial, el perfil alar, que al paso del aire crea la fuerza de sustentación. La curvatura de este perfil obliga al aire pasar a mayor velocidad por encima que por debajo causando una diferencia de presiones, más baja arriba que abajo, con lo cual el ala tenderá a subir». El secreto, por tanto, está en la curva con la que el plano ataca el aire y que le mantiene suspendido en el vacío. Si la curva estuviera mellada, el avión se iría para abajo, irremisiblemente. La propia vida de los humanos tiene mucho de curva, de curvas peligrosas, de las que no siempre sale uno bien parado y airoso; la clave está en mantener la sustentación sin volverse loco y pegarse un mal golpe. Lecciones de la aeronáutica aplicadas a lo cotidiano.

Viva el tren

AVE
AVE

El uso del avión se ha convertido en una práctica cada vez más incómoda en casi todo el mundo. Estancias interminables en aeropuertos interminables antes de poder embarcar; colas, despelote y chequeos para pasar por el arco detector (para esto, que venga ya el escáner corporal); mala educación -para qué negarlo- de mucho personal; retrasos injustificados que dan al traste con todas las planificaciones; conflictos laborales abusivos por parte de quienes tienen la sarten por el mango (controladores, pilotos…); espacio diminuto entre los asientos de pasajeros (cualquier día encontrarán más lugares para embutir gente: ¿qué tal la bodega de carga? ¿o el espacio entre los alerones?) … El ansia de volar que ha perseguido al ser humano desde Ícaro nos ha salido cara. El viaje aéreo se transforma con frecuencia en una pesadilla que deja el cuerpo magullado, y uno cada vez ama más el tren y el AVE, tan pacífico y grato en comparación con su hermano alado.