Que se dejen de zurriagazos

Coexist
Coexist

Los Balcanes del siglo XXI llevan muchísimo tiempo desplazados a Oriente Próximo, en donde el sonido de los tambores de guerra no ha dejado de sonar. Ahora vuelve, insistente, con aroma de muerte, en el enésimo choque entre Palestina e Israel, después de los cohetes lanzados por los primeros contra los segundos, y la respuesta de los segundos, con el trasfondo del debate en este mes de la justa pretensión de Palestina de ingresar como estado observador de la ONU, y las próximas elecciones en Israel en 2013, y , y, y… Demasiados decenios ya sin una solución definitiva. Yo defiendo Israel como nación democrática, el país tan vinculado a nuestra Sefarad, que ha alumbrado músicos que a mí me gustan tanto, como David Broza, Yasmin Levy, Mira Awad, Mor Karbasi…; escritores como Amos Oz, David Grossman… Grandes intelectuales que abogan por una nación en paz con su entorno, y que sea respetada por su entorno, por supuesto. Y defiendo también una Palestina democrática y que vele por el desarrollo de la igualdad y la justicia social. Dos estados que coexistan. ¿Por qué es tan difícil? Quizá haga falta una gran alianza de los sectores más moderados de ambos lados, que den la espalda a los extremistas de una y otra parte. Mientras este avispero no se calme, esa zona del mundo seguirá siendo un quebradero de cabeza permanente.

Israel

Amos Oz
Amos Oz

«A Antonio. Espero verte aquí en Tel Aviv un día. Saludos y abrazos. David Broza No soy amigo de autógrafos ni de esta clase de cosas, pero una buena compañera de gabinete, de visita de trabajo hace un año en Israel, me trajo éste del conocido cantautor contemporáneo hebreo, con quien coincidió en unas jornadas. Pienso en Broza y en otros autores israelitas que -como tantas cosas- me ha descubierto mi mujer, Sonia. Pienso en la obra profundamente humana de Broza, de David Grossman, de Abraham B. Yehoshúa, de Amos Oz… Pienso en todos ellos y me imagino que estarán horrorizados ante la última y execrable barbaridad del Gobierno derechista que les rige: el ataque a una escuadrilla de barcos con ayuda humanitaria para Palestina, que se ha saldado con un número indeterminado de muertos civiles. Yo defiendo la existencia del estado de Israel, que quede claro, pero de un Israel en paz con sus vecinos, libre también de amenazas para su existencia (es significativo el odio a lo judío que sigue existiendo en España), y que sea noticia por sus muchos avances en distintos campos,  y no por machacar al prójimo. La pasada semana, sin ir más lejos, me presentaban una innovadora aplicación informática desarrollada por una empresa española con un socio… israelí. ¿Cuándo será ese país noticia por tales asuntos, y no por repartir palos a diestro y siniestro? ¿Es tan difícil? Porque de lo contrario se me hace difícil ir a Tel Aviv a conocer a Broza.