Aquella rebelión en las aulas

Imagen de la manifestación en el centro de Madrid
Imagen de la manifestación en el centro de Madrid

Han pasado muchos años y es inevitable que cualquier recuerdo de aquellos lejanos tiempos se revista de nostalgia y hasta de emoción. Estábamos en COU, éramos unos críos, y yo era el delegado de mi clase. Corría el curso 86/87, el de las revueltas estudiantiles en demanda de más recursos públicos para la educación. Las manifestaciones quedaron empañadas, para muchos, por aquellas imágenes de aquel sujeto llamado Cojo Manteca, que enturbiaron para la opinión pública el conocimiento de los motivos de aquella protesta, en la que también se cuestionaba la necesidad de una Selectividad que finalmente se acabó implantando. Yo ya no me acuerdo de los detalles exactos de la protesta, que posiblemente se desmadró, pero sí recuerdo el frenesí y la agitación adolescente de aquellos días en las clases. Me ha ayudado a refrescar la memoria un estupendo documental de TVE emitido recientemente dentro de su espacio Ochéntame otra vez, Rebelión en las aulas, en el que habla, entre otros, mi compañera y amiga la periodista Lourdes Camino. Lourdes cubrió aquellos eventos cuando era apenas más mayor que los chavales que los protagonizaban. “Que los chavales”, he escrito… Ay. Viendo esas imágenes se ven a los dirigentes políticos de la época, que eran tan jóvenes también y que llevaron las riendas un cambio político que modernizó nuestra democracia, con sus aciertos y sus errores, como cualquier empresa humana. El documental cuenta todos los avances que, mediante el acuerdo y la negociación entre las partes, y dejando Cojos Mantecas al margen, se consiguieron para la enseñanza de todos. Cómo pasa el tiempo. Qué emocionante documental. Será, posiblemente, que me estoy haciendo mayor.

Que les dejen correr

Pizarra por el paro educativo de hoy
Pizarra por el paro educativo de hoy

En el cole público de mi hija les ponen música por los altavoces del patio cuando abren las puertas cada mañana a las nueve, a modo de bienvenida. Los madres y padres nos despedimos en el quicio del portón que da al patio de los mayores (así le llaman), y por allí entran ellos, tan diminutos todavía, y más pequeños aún en comparación con los mochilones que tienen que arrastrar. Por allí entran agolpados, arracimados, mi hija de ocho añitos y sus pequeños colegas, mi Estrella portando su cartera el almuerzo que le preparo cada mañana con toda la ternura del mundo. Los miércoles toca fruta, así que ayer entre Estrella y yo preparamos una brocheta con fresas que cogimos de nuestra azotea, alternadas con rodajas de plátano y bañadas con siropes de chocolate y de caramelo. Ayer por la mañana, como otras muchas mañanas, les pusieron una canción energética y energizante que me encanta y que queda muy bien como banda sonora para empezar cada jornada las películas de sus pequeñas vidas: Born to Run, de Bruce Springsteen. Esto ocurrió el miércoles. Hoy es jueves, día de paro educativo, y la niña no va a ir al cole. Hoy en el patio del cole de mi hija no creo que suene Born to Run, Nacidos para correr, sino un silencio triste, sin el eco de los ruidos infantiles de fondo. La canción de hoy es una pieza muda: el eco soterrado de una nueva protesta contra los reiterados recortes educativos que se están cebando con una enseñanza pública que debería dejar correr los sueños, las ilusiones y el ansia de saber de los escolares, sin que los cercenen los planes del ministro Wert y de este Gobierno pavorosamente conservador.

Una lástima

Leones del Congreso
Leones del Congreso

Teniendo en cuenta los altísimos niveles de infelicidad de la sociedad española golpeada y castigada por la crisis económica, me temo que la celebración, hoy 6 de diciembre, del Día de la Constitución es para mucha gente desesperada más un motivo de lástima que de otra cosa. Una lástima, porque el derecho y el deber al trabajo y la creación de empleo es más una quimera que otra cosa. Una lástima, porque el derecho a la educación que establece la Carta Magna está siendo deturpado día sí y día también. Una lástima, porque el derecho a una vivienda es un horizonte también lejano. Una lástima, porque el derecho a la salud parece querer convertirse en privilegio solo para unos pocos con tarjeta Visa. Una lástima, porque la Constitución define España (artículo 1) como Estado social y democrático de derecho: ojo, «Estado social», con lo cual quien lo desmantela está obrando contra la propia Constitución. Defender el cumplimiento efectivo del contenido de este texto legal evitará que se herrumbre y se oxide, que no se convierta en papel mojado para las legiones de desesperad@s que pueblan España. Nos estamos alejando de sus ideales; rememos entre todos para volvernos a acercar a esa orilla.