Miedito dan

¡Ya están aquí..!
¡Ya están aquí..!

Al nuevo Gobierno Pop con el que hemos sido agraciados los votantes y los no votantes (ahí estoy yo) del Advenimiento Marianil le veo falto de humor, salvo que pretendan pasarlo bien a costa de los demás. Oh, cielos, ¿no les parece que son tod@s demasiado serios y estirados, con rostros que no despiertan la sonrisa, sino más bien cierto rictus de espanto? Quizá tenga yo los cristales de las gafas sucios (y eso que no uso), pero es que los veo emborronados y con bultos raros bajo los trajes (las tijeras de podar que guardan bajo el gabán). Que sí, que la situación es complicada, mas, ¿no podían haberse grabado todos juntos cantando unos villancicos? Igual estos días se relajan con la lombarda, el turrón y las peladillas, porque, a primera vista, dan un poco de repelús, y eso que no han sacado la motosierra todavía (no han tenido tiempo; la están engrasando). Al Ejecutivo conservador de Mariano I hay que desearle de entrada, más allá de las profundas diferencias ideológicas, que le vaya razonablemente bien, porque ahora son los que están en el puente de mando de las españas. Vienen unos días de relajo; ya llegarán los tiempos de criticarles (en breve), en cuanto comiencen a sacudirse la caspa de las solapas y empiecen las rebajas (anticipadas). Pero, oigan, qué poco sexys son, sí.

PD.- Ah, y los madrileñ@s no votantes de la Era Pop tenemos premio doble con el gordo navideño: Ana Botella, alcaldesa a partir del martes 27 (podían nombrarla el 28, por aquello de las inocentadas). ¡Viva la modernidad!

Where’s Mr. Depende?

Rajoy
Rajoy

Desde que ganó las elecciones, Mr. Depende está desaparecido. La prensa internacional, los mercados, la prima de riesgo, los españoles y españolas se preguntan cuáles son sus ideas, sus planes, sus propuestas. Sus vecinos de bloque también demandan saber si seguirá viviendo en la lujosa Aravaca o si se mudará a La Moncloa. Pero Mr. Depende, motejado así porque la solidez de sus argumentos varía según la cambiante situación, no suelta prenda. El lunes reunió a la dirección de su partido, pero, como de costumbre, no dio la rueda de prensa posterior, para sorpresa de los numerosos corresponsales extranjeros desplazados a la sede conservadora de Génova, no fuera a ser que tuviera que contestar a preguntas incómodas. Porque a Mr. Depende no le gusta someterse al escrutinio de los medios. Y así resultó que compareció su lugarteniente De Cospedal, que parecía dirigirse a los periodistas en tercera persona, como la exégeta sacerdotisa que interpreta la voluntad del nuevo dios: «El presidente Rajoy quiere… El presidente Rajoy dice…». El domingo por la noche, el servicio de prensa del PP tituló la declaración que Rajoy leyó en la victoriosa noche electoral que abre la nueva Era Pop con un pomposo «Mensaje a la Nación». En suma, que el nuevo Ejecutivo popular promete combinar grandes dosis de humor, y de drama, claro. Tragicomedia, vaya.