Viva el 8 de marzo

8 de marzo
8 de marzo

Este blog sale de su letargo este jueves 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, para vestirse de violeta y reivindicar los valores feministas y de izquierdas, o de izquierdas y feministas, que tanto da. No se concibe una izquierda que no sea feminista, al igual que no se concibe un feminismo que no sea de izquierdas. Ambos son movimientos emancipadores que beben el uno del otro, dirigidos a remover los obstáculos que impiden los avances de las mujeres y a eliminar su discriminación. Es un 8 de marzo en parte triste por todos los pasos atrás que está dando la derecha gobernante española, con amenazas claras en forma de retroceso en derechos sociales que siempre acaba perjudicando más a ellas. Ya vieron ayer los retrógrados juegos malabares del exalcalde de Madrid para explicar los recortes en el derecho al aborto (sí, de Gallardón, que era tan progresista él; ay de quienes le dieron su voto con esa careta para la alcaldía de Madrid mandato tras mandato). «Violencia estructural que obliga a las mujeres a abortar», dijo el exalcalde. Violencia estructural machista y reaccionaria es la que sufren muchas de ellas que no tienen trabajo, o que cobran menos que sus compañeros, o que viven discriminadas y marginadas por su condición. ¿Y este es el ministro de Justicia de España? Pero la cosa no acaba ahí: hay más riesgos en el horizonte. Ya ven las viejas obsesiones de la derecha con asuntos como la píldora poscoital. Ya ven los efectos de la reforma laboral, especialmente lesivos para las mujeres por cuanto estas van a ser más fácilmente despedibles. Ninguna sociedad será plenamente justa hasta que se consiga la igualdad plena, hasta que el color violeta lo impregne todo. Y derecha y violeta son conceptos difícilmente compatibles. El 8 de marzo es mi día favorito por excelencia, el día al que más sentido le encuentro, aunque tod@s deberíamos luchar para que cada jornada del año fuera 8 de marzo.

Al sur del Manzanares

Kubik Fabrik
Kubik Fabrik

En los barrios obreros madrileños de la ribera sur del Manzanares, al otro lado de la multimillonaria y faraónica remodelación de la M-30 propulsada por Gallardón, el alcalde cuya única ambición es ser presidente del Gobierno sea como sea y al precio que sea, están surgiendo interesantes iniciativas ciudadanas, en muchas ocasiones sin apenas ayudas oficiales. Por encima del decorado oficial del río nacen tramoyas ciudadanas con espíritu colectivo y libertario, para animar el ocio y la cultura en la sociedad red, en la que el germen creador ya no se circunscribe al centro de las ciudades y surge en cualquier periferia. He conocido dos, bien interesantes y recientes. Una está en Carabanchel y se llama Caldero de Cobre: una sala de música, teatro y talleres. La segunda está en el vecino barrio de Usera y lleva el nombre de Kubik Fabrik, una fábrica de creación. Algo se está moviendo con el empeño de muchas gentes que arriesgan dineros y sueños.

Eau d’Humó

Boina
Boina

¿A qué huele este invierno anticiclónico en Madrid? A una apestosa fragancia llamada Eau d’Humó, una delicia para la pituitaria cuya fragancia básica es el dióxido de nitrógeno (NO2) que despiden con generosidad los miles de tubos de escape de los locos cacharros sobre ruedas que atruenan la ciudad. ¿Qué hace el Ayuntamiento de la Villa y Corte? Prácticamente nada. Al contrario: ha cogido el feo hábito de mirar para otro lado cuando se disparan los límites de contaminación. Gallardón ha eliminado incluso las estaciones de medición de las zonas más propensas a acumular malos humos, siguiendo el viejo refrán de ojos que no ven, corazón que no siente (pero los pulmones sí se resienten, apostillo yo, sobre todo los de las personas mayores y críos pequeños). ¿Qué hacen los ciudadan@s? Prácticamente nada: al contrario, aquí casitododios acostumbra a llevarse el coche a la vuelta de la esquina. Hacen falta medidas drásticas para sujetar el uso del coche privado en el centro de Madrid, que la ciudad deje de oler a Eau d’Humó y que una fea boina de mierda deje de ser el decorado que envuelve el paisaje  de la capital desde la distancia. Insisto: la ciudad, para los ciudadan@s.