Que les dejen correr

Pizarra por el paro educativo de hoy
Pizarra por el paro educativo de hoy

En el cole público de mi hija les ponen música por los altavoces del patio cuando abren las puertas cada mañana a las nueve, a modo de bienvenida. Los madres y padres nos despedimos en el quicio del portón que da al patio de los mayores (así le llaman), y por allí entran ellos, tan diminutos todavía, y más pequeños aún en comparación con los mochilones que tienen que arrastrar. Por allí entran agolpados, arracimados, mi hija de ocho añitos y sus pequeños colegas, mi Estrella portando su cartera el almuerzo que le preparo cada mañana con toda la ternura del mundo. Los miércoles toca fruta, así que ayer entre Estrella y yo preparamos una brocheta con fresas que cogimos de nuestra azotea, alternadas con rodajas de plátano y bañadas con siropes de chocolate y de caramelo. Ayer por la mañana, como otras muchas mañanas, les pusieron una canción energética y energizante que me encanta y que queda muy bien como banda sonora para empezar cada jornada las películas de sus pequeñas vidas: Born to Run, de Bruce Springsteen. Esto ocurrió el miércoles. Hoy es jueves, día de paro educativo, y la niña no va a ir al cole. Hoy en el patio del cole de mi hija no creo que suene Born to Run, Nacidos para correr, sino un silencio triste, sin el eco de los ruidos infantiles de fondo. La canción de hoy es una pieza muda: el eco soterrado de una nueva protesta contra los reiterados recortes educativos que se están cebando con una enseñanza pública que debería dejar correr los sueños, las ilusiones y el ansia de saber de los escolares, sin que los cercenen los planes del ministro Wert y de este Gobierno pavorosamente conservador.

Idioma estrangero

Diccionario que portaba la chavala
Diccionario que portaba la pava

Fueron dos episodios distintos, ocurridos en el mismo día, ayer, este viernes, que reflejan la situación del país. Por la mañana, en el metro, una chavala de unos 25 años coincidió conmigo en el andén, sentada en el banco. Había huelga de trabajadores, otro de tantos paros en estos tiempos de recortes para los empleados, y la espera de los convoyes era más prolongada. Yo hojeaba, y ojeaba, el periódico, con y sin hache. De refilón miré para el libro que ella repasaba: un manual de alemán, para el que estaba consultando un diccionario de bolsillo. «La chica, tal vez, esté pensando en irse a Merkelandia, a conseguir uno de los minijobs germanos», pensé. La chica-tal-vez-próxima-emigrante hacía apuntes en español de los márgenes del libro con el significado de palabras teutonas que no conocía. En un apunte que le atisbé, escribió «idioma estrangero», así con ese y con ge, y me llamó la atención la errata (luego verán que no es para tanto). El tren llegó, nos levantamos y entramos en distintos vagones, cada uno rumbo a su destino inmediato. El mismo día, viernes, volviendo a mi casa por la tardenoche, en el Metro otra vez, me entró una alerta al móvil: Rato, fichado como asesor de Telefónica, la exempresa pública privatizada por el PP que siempre hace favores a los coleguitas de pupitre. El gestor inmaculado que ha metido a Bankia en un agujero descomunal por el que está imputado (un agujero negro que ha agravado de manera clara, oscura habría que escribir, la crítica situación financiera de nuestro país), premiado de esta forma. Qué sinvergonzonería, pensé. Con la cantidad de ciudadadanos que lo están pasando tan mal en esta crisis, y hay sujetos que siempre salen de rositas: los de siempre, claro, los que cortan el bacalao y sus adláteres. Esto que relato sucedió ayer, pero mañana seguirá todo poco más o menos. Hoy ya es sábado. La chavala del viernes por la mañana continuará estudiando alemán, aunque escriba extranjero con ese y con ge. Quizá la chica cometa esa errata y lo escriba así adrede, porque se sienta muy estraña, con ese, en este país que cierra el futuro a tanta gente y que solo abre el porbenir, con be de burro, a poderosos que sí que han cometido gravísimos errores gramaticales de sujeto, verbo y predicado.

Solo aciertan cuando rectifican

Campaña
Campaña

Oigan, hoy me siento generoso y sin ganas de criticar a mi bienamado Gobierno Pop. Será la astenia primaveral (¿o es anestesia primaveral?) o que tengo un corazón de natural generoso y poco rencoroso, pero este tonto martes (los martes son días de natural tontos, ¿no?) me veo con ganas hasta de reconocer dos decisiones tomadas por el Ejecutivo. La primera, la decisión hecha pública de poner fin a las absolutamente indignantes y repugnantes redadas indiscriminadas de inmigrantes a cargo de la Policía, de las que yo he visto unas cuantas en el Metro, en mi barrio, en muchas partes. Buena decisión. La segunda que me alegra es la de retomar las campañas de sensibilización contra la violencia de género, contra el machismo criminal que raro es el día que no se lleva por delante la vida de una mujer. Así que bravo por ambas cosas, que no todo va a ser criticar al por otra parte tan criticable Gobierno Pop. Claro que, al final, va a resultar que este Gobierno solo acierta cuando rectifica.

PD.- Ah, me olvidaba, que no todo va a ser pasteleo. Hoy tod@s a la huelga contra los recortazos en la enseñanza.