La cosificación

Anuncios de prostitución
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Los diarios que publican anuncios de prostitución parecen amparar el concepto de que la mujer es una cosa, un objeto sexual con el que es lícito hacer negocio. «Todo vale para la pela», parecen decir, «y no vamos a prescindir de un ingreso tan enjundioso en plena crisis económica». Son casi todos los periódicos que no le hacen ascos a este comercio humano -la inmensa mayoría, salvo contadas excepciones-, que se calcula que al año mueve 18.000 millones de euros en España, de los que unos cuantos millones caen en las arcas de los rotativos. «Ningún medio que se proclame defensor de los derechos humanos puede publicar este tipo de anuncios y, si lo hace, se convierte directamente en cómplice de esta forma de esclavitud», sostiene Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas (citada en La Voz de Asturias). Los diarios que se prestan a este sucio juego contribuyen a la cosificación de la mujer, aunque luego pongan el grito en el cielo cada vez que, por ejemplo, se produzca un nuevo caso de violencia de género a manos de hombres que consideran a sus parejas meras cosas cuyas vidas están en sus manos (¡ya van 16 muertas por terrorismo doméstico!). Alguna reflexión sobre su responsabilidad también deberían hacer estos medios, más allá de mirar solo el balance contable.

Fuera velos, fuera telarañas

Entrevista
Entrevista

Es solo la anécdota de la estupenda entrevista de Los Desayunos: el pañuelo que tuvo que aceptar ponerse la periodista (Ana Pastor, TVE) se fue deslizando frente al entrevistador (Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán), hasta dejar al descubierto su melena. La prenda fue cayendo al ritmo de las incisivas preguntas de Pastor y de las respuestas enrocadas -a menudo contestadas con evasivas, con repreguntas de él hacia ella- de la cabeza visible de un régimen reaccionario, confesional y conservador, que lo mismo persigue homosexuales, que niega el holocausto, que reprime con dureza las protestas de los opositores o que considera a las mujeres seres impuros y de segunda categoría. El pañuelo lo llevan en realidad personajes como el presidente iraní, pero en los ojos y en el cerebro. Ahmadineyad, en su calidad de ingeniero civil según su formación, debería dedicarse a tender puentes y no a levantar murallas. Pero salta a la legua que se dedica a lo contrario.

Machis¡NO!

MachisNO
MachisNO

No se me ocurre un mejor título para este post que la viñeta que este jueves publicaba Forges en El País, a propósito de la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género. El maldito machismo criminal, que se ha llevado por delante la vida de 328 mujeres en los últimos cinco años, asesinadas por sus parejas o ex parejas. El maldito machismo criminal, que ha matado a 64 mujeres sólo en lo que va de año. El maldito machismo criminal, que sigue teniendo en vilo la vida de tantas mujeres, que viven aterrorizadas, en muchos casos sin atreverse a denunciar a su verdugo. El maldito machismo criminal, que con frecuencia sigue teniendo en el silencio cómplice del entorno de las víctimas su mejor caldo de cultivo. El maldito machismo criminal, que se alimenta del miedo de las víctimas, que deben saber que no están solas, que tienen a toda la sociedad detrás: la pesadilla puede empezar a terminar con una mera llamada al 016, el teléfono contra el maltrato.