Corazón partido

Santa Claus
Santa Claus

A estas alturas del año, cuando llega el solsticio de invierno, mi hija Estrella, inventora de Faktuna, tiene el corazón partido entre dos pasiones. Hoy tuvo su cita con el primero de estos amores, Papá Noel; el próximo día 6 tendrá la segunda y más importante, los Reyes Magos. Para Santa Claus, Estrella me dictó la siguiente carta, que el señor gordinflón ese de rojo (yo soy de los Reyes Magos) se ha debido de encontrar esta noche junto al árbol navideño: «Papá Noel, como eres muy goloso, Estrella te ha dejado un pequeño Santa Claus de chocolate y una leche [sic], de parte de mamá. Y luego, de parte de papá, te he dejado una pegatina de esqueletos porque los Reyes Magos se asustan con las pesadillas». Ella ya sabe que entre uno y otros hay pique; seguro que la noche del 5 me dicta otra misiva.

Aroma a lombarda

Lombarda
Lombarda

¿Es la Navidad un regalo para los sentidos? La respuesta es afirmativa: nos machaca los oídos con los villancicos y el joujoujou del señor gordinflón ése de rojo, el gusto con tanto mazapán y polvorón, la vista con tanto juego de luces que se encienden y se apagan, el tacto con tanta falta de tacto por la alegría colectiva impostada y el olfato… con el olor a lombarda que de un momento a otro comenzará a ascender en forma de vapor desde muchos fogones madrileños. En las cocinas del Foro, efectivamente, la preparación de esa berza morada es típica para la noche del 24 de diciembre. Yo mismo comenzaré a cocinarla en un rato, con su manzana reineta y su adobo de vinagre y pimentón; la verdad es que es un plato de otoño-invierno que me encanta hacer durante estos meses, aunque el olor perdure.