Ban, paren la represión en Siria

Ban Ki-moon
Ban Ki-moon

«Estimado señor Ban Ki-moon: enhorabuena antes de nada por su reelección al frente de tan prestigiosa institución. Espero que los parabienes no le impidan ver el bosque de problemas que siguen al acecho de la especie humana, como me consta que ha hecho en los últimos años y para lo que usted ha llevado a cabo valientes iniciativas durante su primer mandado al frente de la ONU. Aprovechando su recién comenzado segundo mandato, yo y muchos como yo queremos llamar la atención de usted en relación a la situación en Siria, que estamos seguros de que le preocupa, en donde un ser que se dice presidente (¿?) sigue masacrando a un pueblo que pide democracia. La comunidad internacional estuvo muy presta para intervenir en Libia, parando la escabechina de Gadafi, pero no parece manifestar la misma diligencia para (intentar) poner fin a las tropelías del presidente (¿?) sirio. Así que, ¿harán ustedes algo antes de que ese país se acabe de desangrar por completo? Espero que hagan algo antes de 2016, que es cuando vence su segundo mandato. Quedo a la espera de sus noticias: los sirios tienen bastante menos tiempo.»

Que no llegue tarde

Sede de la ONU
Sede de la ONU

Parece que la llamada comunidad internacional se ha sacudido el sopor y se ha decidido a hacer algo para poner fin a la dictadura libia, cuentan los medios esta mañana de viernes: «El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado a las once de la noche [del jueves, hora española] una resolución que permite el uso de la fuerza para imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia y para proveer asistencia y protección a la población civil de ese país»· Ya era hora, y ojalá la intervención no llegue tarde, porque escuchar ayer a Gadafi hablar de que iba a entrar en Bengasi, la capital rebelde, para «liberarla» como Franco hizo con Madrid pone los pelos como escarpias. No se puede dejar solos a los libios que luchan contra el tirano. Ya que sale a colación Franco, hay que recordar que a los defensores de la República española, las potencias democráticas de la Europa de los años 30 les dieron la espalda bajo la cínica doctrina de la no intervención (en el bando fascista sí que se intervino sin pudor), y así nos fue. Porque de lo contario, sería terrible que el tirano triunfara y volviera a campar por sus fueros en Libia. Y sería mucho más terrible que, en ese caso -como apuntaba con acierto un querido compañero el otro día- en Occidente el ahora repudiado sátrapa volviera a ser llamado, por arte de birlibirloque, el «presidente» libio, con toda naturalidad y sin que los de arriba se ruborizasen un ápice. Total, antes ya lo fue y todos le rieron las gracias.

Blog Action Day

No water, no life
No water, no life

En el principio era el agua y el agua era Dios. Así fue, cambiando el versículo bíblico: la vida se originó en el agua de este maltratado planeta, hace millones de años, por una feliz conjunción de elementos que desencadenaron las primeras formas de existencia conocidas, en el comienzo unas bacterias primitivas que fueron dando paso a formas de vida más complejas. El agua nos dio la vida y nos la sigue dando, aunque el trato que el ser humano da al agua no es recíproco. Como este viernes recuerda el Blog Action Day (BAD), un evento que se celebra con carácter anual para suscitar un debate sobre un asunto concreto -en la edición de 2010, el líquido elemento- «casi mil millones de personas siguen sin acceso a agua potable. Es decir, prácticamente una de cada ocho personas en el mundo están expuestas a enfermedades que es posible evitar e incluso a la muerte por algo que la mayor parte de nosotros damos por hecho». El acceso al agua, considerado como un derecho por parte de las Naciones Unidas, sigue estando vetado para una buena parte de la población mundial y será una de las fuentes de conflictos en este recién comenzado siglo. Uno de los objetivos de este BAD (que de bad tiene poco) es precisamente apoyar los esfuerzos de la ONU para el logro de uno de los objetivos de Desarrollo del Milenio: reducer a la mitad, para 2015, el porcentaje de personas sin un acceso sostenible a agua potable y a saneamiento básico, de forma que un gesto tan cotidiano para nosotros como abrir el grifo sea también una realidad en todo el mundo.