Y todo esto en abril, para más inri

Tijeras
Tijeras

¿Pero es que en esta Era Pop todo es amargura? Los conservadores apenas llevan cien días instalados en La Moncloa, pero es que vaya tela. El repaso a la prensa de hoy a propósito de la bestialidad recortatriz de los Presupuestos Generales del Estado para 2012 solo trae tristeza. Las tijeras de Mariano I (que él maneja con una mano, porque la otra se la administra Angela Merkel) se han empleado a fondo para talar el Estado del Bienestar. Chas, chas, chas… Que no quede nada de los avances sociales que trajeron los gobiernos pasados. Todo con la excusa del déficit y del ajuste de cuentas brutal, como si el pobre presidente no tuviera más remedio que hacer lo que hace porque es lo que hay que hacer (oigan, Mariano I dice estas cosas, no me las invento yo). Pero es que sí hay alternativas: por ejemplo, impuesto a las grandes fortunas o a la banca, algo de lo que el PP no quiere oír hablar ni de broma, porque, claro, prefieren amnistiar a los grandes defraudadores. Lo triste, lo más triste, es que esto ocurre en abril, un mes antaño tan alegre, hogaño deprimente, y en este momento de torrijas que de repente se han vuelto amargas. ¿Es que no va a salir nunca jamás el sol, es que no va a escampar?

Desagües abiertos

Moscas
Moscas

Este gobierno tan conservador, tan de derechas, que rige nuestros destinos no deja de dar sorpresas día tras día. La última proviene de mano de la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2012, con las medidas de amnistía fiscal para quienes han estado evadiendo capital por la patilla. Mientras se sube impuestos al común de los mortales y se recortan todas las partidas sociales, Mariano I decide hacerle un regalito fiscal a los defraudadores, pobres, que sufren mucho. Si usted o yo tenemos la mala suerte de quedarnos sin trabajo, nos veremos en la calle con una mano delante y otra detrás, con una indemnización miserable gracias a la última reforma laboral, con las ayudas sociales menguadas, la atención sanitaria y educativa por los suelos y quizá desahuciados de nuestros hipotecados hogares sin remedio. Pero, eso sí, los grandes defraudadores podrán seguir comiendo langosta con vino del Rhin, que este Gobierno no solo no les va a perseguir, sino que les premia. Gracias, presidente, por abrir los desagües para que siga fluyendo la mierda de los colegas. Las moscas están de enhorabuena.