Quo vadis?

Merkel
Merkel

¿Dónde vamos con este empecinamiento en el recorte impuesto por Angela Merkel,  soberana de Europa, a Mariano I? Hoy se conocerán los Presupuestos de 2012, con un tijeretazo de 35.000 millones a las cuentas públicas. Con un sector privado bajo mínimos y otro público que no invierte, ¿qué espera a este país? ¿Qué hacemos? ¿Echamos el cierre a España y tiramos la llave al mar? Hace falta otra dirección en Europa, otros políticos que defiendan la austeridad, sí, pero combinada con políticas de estímulo al crecimiento bajo una óptica socialdemócrata. Otra Europa, porque si no, seguiremos la deriva. Por eso son tan importantes las inminentes elecciones presidenciales en Francia, en las que ojalá gane el socialista Hollande, y las futuras en Alemania, también con muy buenas perspectivas para los socialdemócratas. Otro eje francoalemán que imponga otras políticas más allá del mero ajuste contable en el que se empecinan Merkel y Sarkozy para la locomotora, a costa de hacer descarrilar a todo el convoy.

PD.- ¿Hará el Gobierno caso a las multitudinarias protestas de ayer contra la reforma laboral? ¿El sostenella y no enmendalla va a ser su única respuesta?

El telefonillo

Momento telefonillo
Momento telefonillo

«Yo todas las mañanas, doctora, me intento liberar del sopor, como hará usted, con el telefonillo de la ducha. Por este apéndice llegan mensajes raros del mundo exterior hasta mi cabeza, todavía embotada a tan temprana hora: haz café, vete a trabajar, reúne algo de dinero para intentar recortar la voraz hipoteca… El telefonillo, aplicado al cerebro, conversa con la realidad que afuera, en la calle, también se despereza entre bostezos. Tiene mucha vida el telefonillo, sí. A una amiga mía, cuando era preadolescente, una monja que tenía de profesora solía asustarle no sin cierta delectación con que el telefonillo lo cargaba el diablo: la monja sabría por qué en lugar de dialogar con Dios mediante el telefonillo de la ducha procuraba un cielo ardiente con Lucifer. Mi amiga se quedaba un tanto extrañada en su todavía alma de niña, y solo más tarde pudo aprender las otras ventajas del aparato para su cuerpo, que desde entonces emplea con frecuencia para liberarse de la realidad mediante la inmersión en el deseo. Los poderosos, doctora, también usan telefonillo para sacudirse el estupor. En la imagen de la izquierda, que para mi consuelo se publicó ayer en numerosos diarios, la canciller Merkel parece aplicarse a la oreja una especie de teléfono de los antiguos, que en apariencia se asemeja más bien a un telefonillo de ducha. Al otro lado debía de estar conversando con la afligida Europa, medio hundida por la crisis: «Canciller, sáquenos del hoyo, ¡no nos deje caer!», debió de suplicarle la UE a la jefa del Gobierno germano. En ese último deseo nos jugamos nuestra realidad presente y futura, doctora.»

Defensa del pepino

Gazpacho
Gazpacho

«Agente, pasaba por esta flamante Comisaría de barrio que inauguró Pérez Rubalcaba y se me ha ocurrido entrar para poner una denuncia que va a dar que hablar. Quiero que detengan a Angela Merkel, creo que se escribe así, que es algo así como la jefa de Alemania. ¿Por qué? Porque nos tiene manía. Primero insinuó que trabajábamos poco y que los europeos del sur teníamos muchas vacaciones. Ahora carga contra nuestros pepinos, que yo a estas alturas del año ingiero en grandes cantidades: todos los días mi gazpachito y mi ensalada de tomate, no sin mi pepino. La lía contra nuestros pepinos y nuestros productos hortofrutícolas y ha desatado la histeria del cierre de fronteras a nuestros productos sin haber probado que la intoxicación de sus paisanos tenga que ver con el pepino. Así que les ruego, agente, que la enchironen para que responda del complot contra nuestro país. Al final, como suele decir una compañera de trabajo, aquí lo que ocurre es que hay una gran conspiración para que España no sea una potencia mundial. Lo próximo será decir que la siesta también mata.»