Foto homenaje a las víctimas del 11-M

Monumento a las víctimas en Atocha / Inma Mesa
Monumento a las víctimas / Inma Mesa

No tenía pensado escribir sobre el 11-M, acerca de los diez años de aquella barbaridad, pero me ha acabado de animar una bella foto que hoy mismo, en el monumento dedicado a las víctimas en la Estación de Atocha, me ha mandado mi compañera y amiga Inma Mesa, la fotógrafa oficial de la causa a la que sirvo. Inma ha retratado a una muchacha mirando hacia la bóveda vacía con los nombres de las víctimas y los mensajes a ellas dedicados que se infla hacia la eternidad en la estación. La mirada reflexiva de la adolescente observando la nada en la que las explosiones de un grupo de tarados nos sumieron. Es día para recordar a las víctimas, para honrar a la ciudad de Madrid que dio un ejemplo memorable de coraje y valentía ante los bárbaros que hicieron semejante vesania. Y para olvidarse de los miserables que tejieron uno y mil delirios conspiranoides con tal de ocultar la verdad. La foto de Inma me ha devuelto a la memoria los recuerdos tan vívidos de aquellos días, que yo, como tantos madrileños, viví como en un torbellino de pesadilla. Hoy ha sido un día raro, con la sensación -al menos en el lugar tan especial donde trabajo- de pesadumbre, de estar a medio gas, de tristeza por los ausentes. Pero sobre todo de empatía y cercanía hacia deudos y amigos que sostienen su memoria. Esta bella foto de Inma va por ell@s.

Cielo e infierno

Bin Laden
Bin Laden

Un gran estruendo («fuerte tormenta con aparato eléctrico», que describiría un clásico) dio paso a una incesante lluvia que golpeteaba con fuerza contra la ventana de mi cuarto, y su sonido me ayudó a que conciliara el sueño en la medianoche del domingo. Mientras, a miles de kilómetros de distancia, otro fuerte estallido seguido del tableteo de los fusiles ametralladores acabó con la vida de Osama Bin Laden, que se precipitó en el infierno del que nunca debió haber salido y cuya vesania originó, entre otras muchas barbaridades, los atentados del 11-M en Madrid. Fue el mismo día en el que otro sujeto, Juan Pablo II, ascendía al cielo como beato, a pesar de que muchos de sus detractores recordaron que no hizo nada para acabar con infiernos como el de la pederastia en la Iglesia. Y a todo esto, usted y yo durmiendos tan plácidos y tan inocentes, en el mismo día en el que tanto trajín hubo en el cielo y en el infierno. Dios, qué raro es todo.

Locos cariocos del mundo, ¡rehuíos!

Terry Jones
Terry Jones

El verano promete acabar con un intenso repunte en las temperaturas mundiales, que está ya ablandando las mentes. El sudor empaña la vista y nubla el entendimiento. Y todo originado por la hoguera que un tal Terry Jones, pastor protestante para más señas, se ha propuesto encender este sábado en Florida para quemar coranes en el aniversario de los execrables atentados del 11-S. Veamos: el tal Jones es sin duda un tipo que entra en la amplia categoría humana de los Locos Cariocos (LC), tan abundante a lo largo de estos siglos de existencia humana sobre la faz de la Tierra. Antes a estos tipos se les consideraba poco menos que los tontos del pueblo (TP), a los que nadie hacía caso. Ahora a personas como Terry Jones se les abren todos los escaparates digitales, los medios globales agigantan sus peligrosos desvaríos y generan a su vez unas peligrosas reacciones de otros LC que no son ninguna broma y prometen darnos más de un disgusto, en forma de posibles atentados terroristas para responder a la hoguera de un chalado. Cuando terminaba de redactar estas líneas, llegaba vía BBC la noticia de que el tal Jones desistía de prender su hoguera, pero al levantarme con la radio esta mañana el tipo dice que lo está reconsiderando. Ocurra lo que ocurra, los ultraderechistas del norteamericano Tea Party y la Cadena Fox tienen un nuevo héroe; los islamistas radicales tienen un nuevo demonio que agitar; enhorabuena a todos. ¡Locos cariocos del mundo, rehuíos! Y dejadnos en paz a los demás, que bastante tenemos ya con los sudores cotidianos.