El TC le para los pies al Gobierno

Stop
Stop

Es tanta la espuma (sucia en general) que cubre los días y la sinvergonzonería de malas noticias acumuladas jornada tras jornada, que uno corre el riesgo de pasar por alto las cosas buenas que también siguen ocurriendo. Yo quiero destacar hoy una: el Tribunal Constitucional ha dicho no a una de las mayores tropelías del Gobierno conservador, la retirada de la asistencia sanitaria gratuita a los inmigrantes irregulares, una medida xenófoba, injusta y, sobre todo, peligrosa, por cuanto crea guetos sanitarios. Acaba de trascender la noticia de «que el Tribunal Constitucional ha avalado la decisión del País Vasco de garantizar la atención sanitaria pública y gratuita a estas personas y por tanto la asistencia universal, al entender que la desprotección de este colectivo repercute en su salud individual y tiene además implicaciones en la del conjunto de la sociedad. Según el Alto Tribunal, las autoridades «deben prevenir la propagación de determinadas enfermedades infecto-contagiosas» y «evitar riesgos de tipo sanitario». Por lo tanto, permite al Gobierno vasco seguir expediendo tarjetas sanitarias a los ‘sin papeles’ de acuerdo a unos «criterios mínimos» de empadronamiento y arraigo», según figura en el resumen de prensa de La Moncloa. Un buen varapalo para el Gobierno, en donde deberían recordar que los derechos básicos de las personas deben anteponerse a todo y que para su política de recortes enloquecidos también hay límites intocables.

Salvemos Telemadrid

Lou Grant
Lou Grant

Yo trabajé como becario en los Servicios Informativos de Telemadrid durante dieciocho meses seguidos, encabalgados entre 1991 y el célebre 1992; hace ya veinte años. Parece que fue ayer. Recuerdo las pruebas de acceso para aquella beca, aquella oportunidad, celebradas en la Facultad de Ciencias de Información de la Universidad Complutense, donde yo hice Periodismo. Las pasé. Luego vinieron los nervios de la entrevista posterior con la subdirectora de Informativos de aquella naciente cadena, que en aquel entonces llevaba muy poco en antena (había nacido en 1989). Una vez conseguida la plaza, me acuerdo de la ilusión de pisar por primera vez una Redacción de verdad, con señores y señoras periodistas, que yo, con apenas veinte años, apenas si había visto antes (salvo en la tele, con series como Lou Grant). Se me llena la cabeza de nostalgia pensando en aquella larga beca de año y medio, que me dio oportunidad de entrar en contacto por primera vez con el fascinante mundo (decepcionante también, por supuesto) del periodismo. Hacer prácticas, además, en una cadena de prestigio, innovadora y rompedora, pues tal era el aura que tenía en aquel entonces la jovencísima Telemadrid. Han pasado muchos años: aquella beca acabó, yo acabé trabajando en otros sitios… Pero conservo el recuerdo de esa etapa, con sus luces y sus sombras, y algunas amistades que siguen en la cadena. Estos días vengo hablando con algunos de los redactores veteranos con los que mantengo relación que siguen por allí, horrorizados, cabreados e indignados por verse sometidos a un ERE despiadado por culpa de la situación de la empresa, en la que los trabajadores no han tenido culpa. Porque el descalabro de Telemadrid tiene un nombre, Partido, y un apellido, Popular: Partido Popular, que ha llevado a cabo un desguace sistemático de la otrora flamante Telemadrid, el canal en el que yo hice prácticas, para dejarlo convertido en una piltrafa en venta para el mejor postor, tras haberlo puesto sin ningún pudor al servicio de los intereses del PP. Qué vergüenza y qué lástima. Todo mi apoyo a los profesionales que defienden la integridad y el futuro de este ente, que nunca debió de perder ni su vocación de servicio público, ni el espíritu con el que nació. !Salvemos Telemadrid!

Qué mal cuerpo

Campaña Ni un Pez por la Borda
Ni un Pez por la Borda

Me voy a la cama con mal cuerpo por toda la comida que desperdiciamos, según acaba de denunciar Jordi Évole en su Salvados dominical. Pocas veces se había visto un reportaje sobre este horripilante asunto, que nunca se ha llevado grandes titulares ni ha merecido sesudos reportajes de televisión. Recuerdo haber escuchado hace años un reportaje buenísimo en la BBC Radio acerca del particular, pero pocas veces en la prensa española se ha abordado el tema con la claridad que se ha hecho esta noche. Porque son indecentes y una vergüenza las prácticas de las grandes cadenas de distribución que nos imponen frutas y verduras enceradas y abrillantadas, que no tengan una pequeña incisión en la piel, porque entonces van al vertedero directamente. Pescados que se tiran al mar una vez capturados y muertos, a pesar de ser plenamente comestibles (con una plataforma que denuncia este caso). Productores sometidos a la lógica ilógica del mercado. Clementinas que se dejan pudrir en el suelo de la granja antes de acabar en boca de nadie porque tienen una pequeña tara en la piel, aunque por dentro estén jugosas y riquísimas. Etiquetas que confuden con los conceptos «fecha de caducidad» (a partir de ese momento su ingesta es peligrosa) y «consumir preferentemente antes de» (no pasa nada porque hayan pasado unos días). Con tanta gente que está pasando hambre y que desborda los bancos de alimentos… Nueve millones de toneladas de comida van al vertedero cada año en España. Con los alimentos que tiramos en Europa Occidental y Estados Unidos no se pasaría hambre en el mundo. Qué absurdo es todo. Y, aunque unos tienen más culpa que otros, todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en esta tragedia, porque todos somos consumidores… y derrochadores… y desperdiciadores... ¡Feliz Navidad!