Rescate global

Minero rescatado
Minero rescatado

Nunca el remoto desierto de Atacama, desconocido sin duda para gran parte de la humanidad, estuvo tan próximo. La proeza del rescate de los 33 mineros chilenos atrapados en una mina que no cumplía los mínimos requisitos de seguridad se ha convertido en un espectáculo global, retransmitido al minuto y en directo por centenares de medios de comunicación de todo el orbe, convirtiéndose en un gran show que ha batido marcas de audiencia. El relato reunía componentes de dimensiones épicas para actuar como un imán que despertara el interés de todo el mundo en una sociedad global mediática, como así fue. Esta proeza será llevada al cine, sin duda (una radio acaba de decir que parece ser que le ofrecerán el papel de jefe de los mineros a Javier Bardem). El guión se lo ha escrito la vida, así que no tendrán que invertir mucho en escritores. Y una pregunta de cara al futuro: ¿habrá supuesto esta tragedia con final feliz un punto de inflexión en la percepción de la realidad? ¿Volverán a suscitar sucesos como este, ocurran donde ocurran, el interés de todo el mundo, o no tendrán la misma repercusión global? Quizá sí, siempre y cuando estén aliñados con las piezas con las que se monta un buen relato. Esto puede parecer cínico, pero en la era mediática global somos sobre todo devoradores de historias, algo que se aplica en todos los ámbitos (de la política a la publicidad), como puso de relieve el investigador social francés Christian Salmon en un reciente e interesante libro, Storytelling.

 

Primarias socialistas 2.0

Twitter
Twitter

Lo han destacado varios comentaristas avezados y diversos medios de comunicación desde la noche de este domingo (pero tampoco muchos): las elecciones primarias del Partido Socialista de Madrid han vuelto a demostrar el poder creciente de las redes 2.0, que se puso de manifiesto en el proceso de recuento de los apoyos recibidos por Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. Numerosos twitteros apostados en las agrupaciones socialistas madrileñas fueron volcando datos in situ sobre el avance del recuento de votos, a toda velocidad, hasta dar con el resultado final, sorprendiendo por su rapidez a propios y extraños. La propia Trinidad Jiménez felicitó al vencedor, Tomás Gómez, a través de esta red de microblogging, que agrupó centenares de comentarios a través del hashtag #primarias (¿se llama, así, no @carloshidalgo?; yo es que soy neófito, ya sabes). Ojalá que el 22 de mayo de 2011, fecha de las próximas elecciones autonómicas, también se pueda anunciar la victoria del socialista Tomás Gómez en la Comunidad de Madrid a través de Twitter. ¿Tiene Esperanza Aguirre perfil en esta red? Yo no voy a tomar ni la molestia de buscarlo, pero que se lo vaya haciendo si no lo tiene, porque los tiempos están cambiando. Además, Twitter le viene bien a la política de la presidenta conservadora madrileña, por la tendencia de Aguirre a reducir a la mínima expresión los servicios públicos madrileños: microeducaciónpública, microsanidadpública, microetc…

Hipocresía y lucro indecente

Periódico
Periódico

Numerosos periódicos considerados serios de nuestro país, cabeceras de referencia incluso, no incluyen anuncios de -por ejemplo- traficantes de armas. Y, en cambio, no tienen problema a la hora de publicar páginas y páginas de anuncios de un tráfico que genera un lucro no menos indecente: la prostitución. Pocos medios hay que se hayan negado a hacer negocio con semejante negocio (Público, La Razón, Avui…), mientras que el resto no le hacen ascos a un dinero procedente de la explotación más asquerosa de la mujer. ¿Harán caso del acuerdo unánime que todas las fuerzas políticas alcanzaron este pasado martes en el Congreso para eliminar esta publicidad? Está por ver (falta, además, que el Gobierno concrete una propuesta definitiva, previo informe del Consejo de Estado). Eso sí, estos mismos medios, tan serios ellos, son los mismos que luego publican larguísimos reportajes de denuncia de redes de prostitución, que conviven, unas pocas páginas más adelante, con los anuncios mencionados. A esto se le llama hipocresía. Y cambiando de tema, pero sin salir de las procelosas aguas informativas: son también muchos los medios que publican estos días amplios reportajes sobre la precariedad laboral y la dura situación del mercado de trabajo en estos tiempos de crisis, con editoriales en grandes letras mayúsculas, pero que luego tienen a su trabajadores y trabajadoras sometidos a unas condiciones laborales propias de una plantación algodonera de Alabama en el siglo XIX. A esto también se le llama hipocresía.