Formas de la existencia

Ojo de dios
Ojo de dios

Habría que preguntarse el porqué de la forma de la mayoría de frutas, redondas, que pueblan los estantes de los mercados. O por qué todos los edificios tienen que ser cuadrados. Y por el misterio de las líneas rectas que se intercalan en nuestras vidas, con alguna que otra curva. Triángulos los hay también, pero escasean; posiblemente esta carencia de triángulos obedece al respeto al triángulo primigenio, aquel con el que los cristianos de los primeros tiempos representaban al dios, y que sigue siendo símbolo de su primer hacedor. Bueno, al fin y al cabo, todos procedemos de una forma redonda, el vientre de nuestra madre, y tomamos forma de línea para avanzar en la vida. En Occidente, tenemos en nuestra mente un concepto de vida lineal, como de punta de flecha. Parece que uno siempre avanza, pero no es así. Por eso, en Oriente, en cambio, donde poseen un concepto del tiempo más complicado, creen que el tiempo toma forma de bucle y genera caprichosos enredos. Redondo, cuadrado, lineal… Formas básicas de la existencia.

Los sabáticos selváticos

¡Oh, sorpresa!
¡Oh, sorpresa!

«¿Y si emprender un año sabático, doctora, fuera un peaje obligatorio a estas alturas de la vida? Los guiris anglosajonaicos se toman esta práctica con 18 años, pero lo que mola es hacerlo ahora, en el ecuador del camino. Venga, descompresión. Fuera agobios. A reírse y a descansar. La crisis, para los crisáceos y los crisantemos. Nosotros a disfrutar, a fundirnos los pocos ahorros antes de que se los coma el BCE y a viajar quién sabe dónde. Una baja voluntaria en el trabajo, un avión y a volar. Pirémonos a algún sitio o selva donde ni siquiera entiendan nuestro idioma, el idioma de los urbanitas tontos. No, no hace falta ir al extranjero, igual podemos encontrar el paraíso aquí mismo. Venga, si nada merece la pena, pirémonos. A la vuelta, si hay retorno, ya pensaremos qué demonios hacemos con nuestras vidas, si es que hay vidas. Doctora, rompa su rutina y deje de atender pacientes tarados: escápase conmigo, pongámonos ambos en barbecho sabático, a descansar la tierra de nuestros cuerpos en alguna selva, a ver qué germina y qué florece en el futuro.»

¡Feliz 2012!

Reflejo de succión
Reflejo de succión

De bebés venimos al mundo con algunos reflejos básicos, como buenos animales que somos. Hay dos fundamentales para la supervivencia: el reflejo de succión, clave para alimentarnos de nuestras madres y no morirnos de hambre, y el reflejo de prensión, para agarrarnos a cualquier superficie y no caer al vacío. Dicen los médicos que son reflejos arcaicos y primarios que solo se dan en los bebés y que desaparecen al crecer. Yo sostengo que están presentes toda la vida y, es más, que no debemos perderlos nunca. Succión para seguir nutriéndonos de saber, para que nunca perdamos el ansia y la curiosidad de aprender, la esperanza. Prensión para agarrarnos con nuestros deditos a las cosas que merecen la pena, como los afectos. Son dos de mis deseos para mí y para la gente a la que quiero ante este nuevo año que está a punto de echar a andar: seguir aprendiendo y aferrarme a la senda de los afectos, querer y ser querido en el mapa de la existencia, todo con un poco de humor y sin perder la sonrisa, que bastante vinagre hay ya en el mundo. Y que el miedo, los temores que todos llevamos dentro y que son una amenaza para esos reflejos porque los acaban esclerotizando, no se imponga. Feliz 2012 a tod@s, que nos vaya lo mejor posible.