Felicitas >> Happiness

Felicidad
Felicidad

Contaban los papeles de este martes la noticia de una niña nacida a bordo de una patera. Una hermosa historia que pudo tener un final trágico y lo tuvo feliz. El relato de una inmigrante embarazada que se embarcó en Marruecos, procedente del África subsahariana, y que dio a luz a su hija en plena embarcación, auxiliada por dos compañeras de la precaria travesía. Happiness (felicidad, alegría) será el nombre en inglés de la niña, y ahora descansa junto a su madre en un hospital de Motril (Granada). Happiness me recordaba el nombre de mi querida madre, Felicitas (felicidad), que llegó al final de su travesía hace tan poco tiempo. Un nombre singular, pero hermoso, sobre todo en una época en la que eran frecuentes nombres terroríficos para las mujeres españolas: Soledad, Dolores… Mi madre nació en un pequeño pueblo de Segovia, Fuentepelayo, en el que vivió hasta que emigró a Madrid. La casa de mis abuelos maternos, decorada con los típicos esgrafiados segovianos que todavía recuerdo, se llamaba calle de la Alegría, se dice que por la cantidad de críos y crías que había en tiempos en aquella rúa castellana, que llenaban de felicidad la calle. Felicitas, Happiness… la vida sigue. No creo que te pueda ver nunca, Happiness, pero deseo con toda mi alma que ojalá puedas tener una vida llena de dicha.

Carta a mi madre

8 de marzo
8 de marzo

Le escribo a mi madre en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. A ella, nacida en plena Guerra Civil, de extracción humilde, privada de instrucción, obligada a trabajar desde que apenas levantaba un palmo del suelo, desposeída de sus derechos por la sociedad machista y patriarcal consustancial a la dictadura franquista. A ella, con su vida consagrada a criar a sus hijos, yo y mis hermanos, con un amor infinito y un único deseo: «Que seáis felices». La España contemporánea tiene una deuda incalculable con ella y con sus compañeras de generación, que sostuvieron el país sobre sus hombros durante decenios, sin apenas recibir nada a cambio. Mucho se ha avanzado hacia una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres, pese a que aún pervivan desigualdades, y en ese avance ha sido clave el impulso del movimiento feminista, tan vilipendiado por la caverna. Pero quedan trechos por recorrer en ese camino: en inserción e igualdad laborales, en el combate contra el machismo criminal que nos corroe las entrañas… Se va avanzando, y -con todas sus deficiencias- la sociedad en la que vive su nieta, Estrella, mi hija, es radicalmente distinta -por fortuna- a la triste y sombría España que vio y sufrió en su infancia mi madre, Felicitas. Te quiero, mamá.