El encorvamiento

Planeta Tierra
Planeta Tierra

«Leí la otra noche en el periódico que la energía desencadenada por el último, terrible terremoto, de Chile, con una magnitud de casi nueve grados, había desplazado el eje de la Tierra alrededor de ocho centímetros e incluso acortado los días. A lo tonto, con la lectura de ese artículo me di cuenta de repente del motivo de este mi encorvamiento, ahora que llevo tantos años sobre este planeta. Desde que me nacieron, hace ya demasiados años, mi vida ha ido experimentando seísmos, cataclismos… hasta tsunamis, a lo largo de su devenir. Como resultado, el eje de mi humilde existencia humana ha ido desplazándose, escorándose, desde la alegría a la infelicidad, desde la plenitud a la pesadumbre, en una ciclotimia permanente. Sin necesidad de ir al médico, ahora lo entiendo todo. Así que golpe a golpe de la vida -y no verso a verso que cantaría Serrat inspirándose en Machado– mi ser se ha ido virando. Si sigo esta progresión degenerativa, llegará un día en el cual el eje de mi cuerpo habrá dado un giro de 180 grados; ya no le falta mucho. Culminado ese vuelco, ese punto de no retorno, andaré con la cabeza y pensaré con los pies. ¿O no lo estaré haciendo ya?»

Día del Señor

Mantis religiosa
Mantis religiosa

Como hoy es el día del Señor y Éste debe hallarse ahí arriba con todas las terminales bien abiertas, muy pendiente de las plegarias y ruegos que se vayan a producir aquí abajo, me tomo la libertad de interpelarle por el caso Munilla. He de precisarle que no formo parte de su grey, mas lo hago en su calidad de presidente honorífico (¿?) del Consejo de Administración de esa milenaria corporación. Así que, ¿conoce las palabras de su empleado? Se las recuerdo: «Existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días. También deberíamos llorar por nosotros, por nuestra pobre situación espiritual, por nuestra concepción materialista de vida» (Munilla dixit). Quizá no las oyera, dado que la confesión del obispo no se hizo en la cadena que Usted administra, pero cualquier asistente celestial se las puede buscar en Internet; seguro que están hasta en el Spotify. ¿Las comparte? Si la respuesta es negativa, ¿le pondrá algún correctivo? ¿Qué tal destinarle una temporada a Puerto Príncipe para ayudar, por ejemplo, a los bomberos españoles que están haciendo un heroico trabajo, propio de dioses?

Solidaridad con Haití

Haití
Haití

El refranero español es certero cuando describe la desgracia que parece cebarse siempre con los mismos: «A perro flaco todo se le vuelven pulgas». Acaba de pasar en forma de terremoto en Haití, una de las naciones más pobres de la Tierra, con una convulsa historia, causando un número incalculable de muertos (se habla de que pueden ser cien mil) y tres millones de damnificados. En suma (mejor habría que escribir «en resta»), una tragedia gigantesca para un país de diez millones de habitantes y ya de por sí paupérrimo (el 70% de su población vive en la pobreza). Las imágenes son dantescas. Las instancias internacionales, entre ellas el Gobierno español, se pusieron en marcha para paliar la catástrofe nada más conocerse el seísmo, y las oenegés activaron inmediatamente sus mecanismos de cooperación. Son muchas las entidades que han abierto cuentas para recoger fondos; por ejemplo, Solidaridad Internacional, una ONG que contaba con varios proyectos en el país. Cada uno de nosotr@s puede poner su granito de arena para enmendar el refrán que abría este artículo.