
Hay conceptos que engloban su contrario. Se ve en las esculturas del artista Pablo Gargallo (Zaragoza, 1881 – Tarragona, 1934), cuyo museo en Zaragoza, por sí solo, justifica ya una visita a la hermosa capital aragonesa. Gargallo exploró la integración del vacío, del hueco, en la escultura, y consiguió innovadoras obras maestras con una fuerza plástica que sigue impresionando tanto tiempo después de realizadas. Yo había visto su museo por primera vez hace cerca de veinte años, y a principios de este 2011 tuve la oportunidad de verlo de nuevo: paseando por sus salas, solitario, pensé en todo el tiempo transcurrido entre ambas visitas, mientras mis ojos se perdían en el interior de las impresionantes obras de Gargallo. Los huecos, los vacíos, forman parte de nuestra vida. La memoria de los ausentes, de los seres queridos que se van marchando, cincelan nuestra existencia y, a la postre, les hacen presentes delante de nuestros ojos.
Hola qué tal, cómo estás, personalmente considero cada obra una muestra del ser y pensamiento de su creador, no sólo un momento o una técnica perfeccionada, es algo que va más allá de su habilidad, es la manifestación misma de su alma. En cuanto a técnica se refiere Pablo Gargallo fue un gran escultor, de hecho capaz de sintetizar en una obra personalísima todas las influencias de su tiempo, muchas de ellas ciertamente contradictorias. Acá les dejo algo que encontré y les va a encantar http://mundoarte.portalmundos.com/pablo-gargallo/