Jerga y desorientación

Rafael Alberti
Rafael Alberti

«Como suele decir mi mujer, doctora, lo que no se nombra, no existe. En este proceso de ocultación, los humanos tenemos una larga trayectoria, enviando al limbo del silencio cuestiones incómodas. Ha pasado en todas las instituciones,  y en todos los países: los temas espinosos se obvian y se condenan a una especie de segunda muerte. Ocurrió, por ejemplo, con los abusos a menores en instituciones religiosas, durante muchos siglos silenciados, o con los que suceden en el seno familiar, otro gran tabú. Y, aunque no tenga nada que ver, doctora -pero ya sabe que me gusta pasar de un tema a otro haciendo grandes piruetas-, en otros casos se nombran las cosas, pero envueltas en tal cantidad de jerga que acaban convertidas en mundos cuya comprensión queda al alcance de unos pocos: sucede en el mundo económico, o en el jurídico. ¿Quién les entiende? ¿Quién nos entiende? Hasta el más pintado se cree muy centrado, cuando en realidad está tan desorientado como el humano del poema Se equivocó la paloma, de Rafael Alberti: Se equivocó la paloma. Se equivocaba. / Por ir al Norte, fue al Sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba. / Creyó que el mar era el cielo; que la noche la mañana. Se equivocaba. / Que las estrellas eran rocío; que la calor, la nevada. Se equivocaba. / Que tu falda era tu blusa; que tu corazón su casa. Se equivocaba. / (Ella se durmió en la orilla. Tú, en la cumbre de una rama.)»

Primavera reventona

Claveles
Claveles

Por fin llegó la primavera con fuerza a Madrid y al resto del país, expulsando el frío y la grisura que reinó durante el largo y prolongado invierno de este año. La nueva estación ha entrado con mucha energía; más bien, ha reventado, como un clavel, llenando todos los rincones de luz, desparramando sus esencias por todas partes. Las ropas de invierno que solían cubrirnos se han retirado con rapidez a sus cuarteles, han corrido presurosas a refugiarse en los cajones tras caer de nuestros cuerpos como capas de cebolla. Los estantes de los mercados se van copando con los nuevos frutos de esta estación, las frutas y verduras que trae el buen tiempo y que alegran también los fogones con fragantes sabores. Han empezado los meses de intensa luz, para bañarnos por dentro y por fuera, aunque algunos cuerpos puedan padecer algo de astenia primaveral mientras se acomodan a la nueva situación. Los cambios siempre cuestan. Nos hacía falta el calor.

Web 2.0 power

Manifestación
Manifestación

Hablar del poder e influencia de las redes sociales de la web 2.0 a estas alturas parece de perogrullo, aunque a veces no seamos conscientes de ello. Las redes forman ya parte de nuestra existencia y demuestran su eficacia a la hora de unirnos en una causa, como sucedió el pasado sábado con las exitosas manifestaciones y concentraciones que se desarrollaron en una veintena de ciudades de España, contra la impunidad de los crímemes del franquismo y a favor del juez Garzón. Buena parte de estas protestas se canalizaron a través de Facebook, en donde proliferaron grupos con cientos de miles de seguidores de la causa. La denominada por el sociólogo español Manuel Castells «autocomunicación de masas» de la era digital coexiste con la comunicación de masas de la era analógica («Comunicación y poder». Madrid: Alianza Editorial, 2009) e impacta en la opinión pública y en las relaciones de poder. Todos estamos en las redes sociales, como ayer describía El País en su suplemento dominical («Conectados. La era de las redes sociales»). Pero estamos sólo en los primeros tiempos de esta nueva sociedad red, que tiene a su disposición para desarrollarse todo el potencial de las nuevas tecnologías de la información para introducir «nuevos actores y nuevos contenidos en el proceso de organización social, con relativa independencia de los centros de poder», apunta Manuel Castells, uno de los mayores especialistas mundiales en sociedad de la información. Posiblemente no todos los asistentes a la multitudinaria manifestación del sábado en Madrid estuvieran en las redes sociales, pero lo que es seguro es que todas esas personas, algunas sin saberlo, se vieron afectadas por los revolucionarios procesos de comunicación que operan en la nueva sociedad. Continuará.