Ojo con la descongelación

Congelado
Congelado

«Mis visitas a esta consulta son tan frecuentes, doctora, que me va a acabar aborreciendo; tengo dependencia de usted: trata demasiado bien mis paranoias. La última que tengo es la siguiente. Leí en un manual de trucos domésticos que el proceso de descongelación de productos alimenticios previamente congelados hay que hacerlo con mucho cuidado, sin forzar los tiempos, sin dejarlos sobre la encimera como se hacía antes, porque se pueden producir bacterias y virus en el proceso si se hace mal. Resulta, doctora, que a mí me pasa lo mismo con algunos de los recuerdos que almaceno en ese arcón congelador que es mi memoria. No sé si evocarlos, porque en esa descongelación puedo hacer alguna cosa mal y generar un gran espectro bacteriano y ponerme muy malito, o dejarlos congelados por los siglos de los siglos y no consumirlos nunca jamás. Otros trucos para descongelar, aunque no muy recomendados, son recurrir al microondas o a la inmersión en un recipiente con agua: ahí tengo un problema, porque el cabezón que dios me ha dado no cabe en ningún lado. En fin, que tengo miedo de enfermar. Claro que tampoco quiero vivir permanentemente alimentándome de recuerdos, por muy bien descongelados y libres de porquería que estén. ¿Usted me entiende? Porque yo no.»