Eurovisión y el espontáneo

Daniel Diges
Daniel Diges

Antaño la gala televisiva de Eurovisión era una gran cita primaveral que reunía a millones de familias españolas frente al televisor para comprobar que, ¡vaya!, ese año tampoco le tocaba ganar a España (nuestro país sólo se ha llevado el gato al agua dos veces, en 1968 con Massiel y en 1969 con Salomé), siempre con la inconfundible voz de fondo del locutor de TVE José Luis Uribarri. Yo aún recuerdo estar de paseo con mis padres en calurosas tardes del preverano en Madrid, y volver a casa apresurados para congregarnos frente a la caja tonta para ver el concurso y reírnos con las votaciones. Ahora ha perdido fuerza, pero sigue teniendo su pegada, y este año con el añadido del espontáneo que saltó al escenario en plena actuación del representante patrio de 2010, Daniel Diges. España quedó en el puesto 15, mala pata otra vez, pero, oigan, qué profesionalidad la de Diges y el cuerpo de baile que le acompañaba, que asistieron impertérritos a las bufonadas del tal Jimmy Jump, un personaje al parecer especializado en hacer el moña en cuantos eventos se le ponen por delante. Sólo por el saber hacer de Diges se merecería haber ganado Eurovisión y haber sumado 2010 a 1968 y 1969. Frikis como el otro fulano abundan bastante en nuestra sociedad; habría que ir pensando en un certamen para sus gansadas, Eurofrikisión, por ejemplo, y no con carácter anual precisamente: casi que se tendría que convocar uno a la semana, porque el género se da como los hongos.