Puesta de solLas vacaciones de verano son un folio en blanco que se escribe con una pluma mojada en agua de mar y en tintas de diversos colores: sandía, melón, albaricoques, melocotones. La hoja con una escritura invisible se deja secar al sol, como las tortas de girasol, las pipas de calabaza o los bacalaos, y su pasta se degusta lentamente, en pequeñas porciones rociadas con un chorro de aceite de oliva y sal gorda, con pereza, al fresco de una terraza o de la orilla de algún lugar con agua. El calor que convierte el cuerpo en un verdadero mar cuya espuma ahuyenta las borrascas, que baja las tensiones y que expulsa los malos humores por el dedo gordo del pie, con sus gotas resbalando, cayendo hacia una nada que cobra todo su sentido. A la vuelta del verano quizá todo siga igual, pero se mantendrá la ilusión del folio por escribir. O no. Felices vacaciones.