
Anteayer en una biblioteca pública en Madrid, hoy en Granada, a final de la semana en Sevilla… El camino no se detiene, y es gran mérito el de muchos humildes cómicos que van obsequiándonos con su arte por distintos rincones de España. Les hablo de una compañía de títeres granadina, La Rous, de Rosa Díaz, que ha tenido el valor, por lo inusual del tema, de poner en escena una función denominada La Casa del Abuelo, que aborda nada más y nada menos uno de los temás tabú de nuestro tiempo: la muerte, cuya complejidad se multiplica teniendo en cuenta que se la explican a los niños. Rosa se planteó esta obra a raíz del fallecimiento de su propio padre y de las preguntas que su hija le hacía al respecto, porque «dicen que los que se van sobreviven gracias al recuerdo que pervive de ellos, en quienes les amaron». Rosa -acompañada únicamente en la escena por una técnica de luz y sonido, Maite Campos- se plantea esta obra con una sensibilidad, una originalidad y unas gotas de humor que la convierten en una función inolvidable, tanto para los niños como para los mayores que les acompañan. Es, sin duda, un gran espectáculo titiritero que anda recorriendo muchos puntos de España; no duden en ir a verlo si visita su lugar de residencia, y -si no- échenle un vistazo a la grabación en vídeo que tienen en su página web. La Casa del Abuelo fue premiada con el FETEN (Feria Europea de Teatro para Niños) 2009, un galardón que concede el Ayuntamiento de Gijón, una de las ferias de teatro para la infancia más destacada del ámbito nacional y en una de las más relevantes de Europa. Para todos los que consideran que los títeres son un género menor respecto al teatro de adultos, les aconsejo que vean esta función: es teatro con mayúsculas.