
Me ha impresionado profundamente la entereza y naturalidad con la que Luz Casal anunció este lunes que padece un nuevo cáncer de mama, tras haber superado un tumor similar hace pocos años. Lo hizo a través de su página web, sin esconderlo: «Me dirijo a vosotros para deciros que en mi última revisión me han detectado un cáncer en el otro seno; mis doctores han decidido operarme, por lo que hemos aplazado nuestras citas más inmediatas. Os informaremos lo antes posible. Sé que cuento con vuestro cariño y paciencia, estoy en buenas manos y esto es sólo una cornada de la que saldré pronto. Os quiero. Luz». Siento un gran aprecio hacia esta cantante, con una de las voces más singulares y llenas de fuerza de la península, un punto grave y un deje galaico, tan atractiva a los oídos de quien la escucha. Luz estaba de gira de un nuevo disco, La Pasión -que todavía no he podido escuchar-, y firmó también no hace mucho una estupenda versión de Entre las cejas en el reciente disco de homenaje a los Leño de su gran amigo Rosendo Mercado, una canción que no me canso de escuchar. Es una mujer valiente y seguro que pronto estará de nuevo en los escenarios. Como también saldrá adelante otra mujer muy cercana a mí, también en una permanente guardia contra un cáncer desde hace mucho tiempo, sin dar un minuto de tregua a la tristeza, y sí horas a la alegría, a la entrega y a la valentía, para seguir viviendo en compañía de quienes la amamos. Ambas son mujeres corajudas, que nos hacen sentirnos muy pequeños ante su grandeza de alma.
Nos ha impresionado a muchos el coraje de Luz. Es valiente y fuerte. Le deseo toda la suerte del mundo.