
¿Sabes, Faktuna? En esta piel de toro la semántica tiene una aplicación difusa: se predican unas palabras, pero se practican las contrarias. Se lee que nos gusta dialogar, aunque en el fondo nos vaya más el monólogo, a veces incluso a gritos. Así no es de extrañar que nuestro nivel de ruido sólo esté por detrás, en todo el mundo, de Japón. Otros escriben y dan su opinión, pero más bien pontifican y sientan cátedra. Hacemos también bromas con cosas que no las tienen. Una de las últimas, por ejemplo, el ataque hacker a la web oficial de la Presidencia española de la Unión Europea, que algunos medios incluso parecen degustar, olvidándose de que estamos ante un asunto que en estos momentos es una cuestión de Estado y que simboliza la imagen del país. ¿Dónde está la gracia de este tema?