
«Estimada (¿?) condesa. No parece propio en alguien de tan alta cuna como usted expresarse como si fuera de tan baja cama, usando improperios tan bastos para alguien de su categoría: el hijoputa. A fin de enriquecer su catálogo de insultos, para cuando tenga otro micrófono abierto y quiera despacharse a gusto contra alguno de sus queridos compañeros de partido, ahí va una pequeña lista de palabrotas alternativa, de sabor más clásico, que modestamente creo que van mejor en boca de una dama de tan alta alcurnia como usted: bellaco, berzotas, chisgarabís, bobo, simplón, cantamañanas, mequetrefe, catacaldos, gazmoño, lameculos, tiralevitas, marisabidillo, mercachifle, pitiminí, alfeñique, zascandil, malparido, lerdo, tarugo, zopenco, pazguato, majadero, papanatas, gaznápiro, lelo. Y como usted habla a las mil maravillas la lengua de la Pérfida Albión, someto a su consideración, como Dama del Imperio Británico que también es, algunas gruesas invectivas en ese idioma: motherfucker, dickhead, son of a bitch, jerk, asshole, bastard, jackass. Permaneceré atento a la pantalla para ver si sigue estas recomendaciones lingüísticas. Ya me despido. Ni suyo, ni afectísimo. De nada.»
Un comentario sobre “Carta a la condesa”